sastrería a medida

Una decena de profesionales mantienen vivo el noble arte de la sastrería a medida en Asturias, a la espera de un necesario relevo generacional

Son dos los tipos de confección que se trabajan en los talleres de sastrería, el oficio dedicado a la confección de trajes masculinos: el denominado ‘bespoke’, traje a la medida exacta de un cliente partiendo desde cero, y el llamado ‘made to measure’, que adapta un diseño existente a las medidas del cliente. La sastrería, de uno u otro tipo, vivió momentos de esplendor en la segunda mitad del siglo pasado. Había al menos un centenar repartidas por Asturias. «Era una costumbre, casi un ceremonial de entrada en la edad adulta, visitar al sastre y hacerse el primer traje». Así lo cuenta Javi Amador, titular de la conocida sastrería Boutique Juan, en Gijón, que no recuerda sus inicios con la aguja porque salía del colegio y corría al taller de su padre a enredar o a echar una mano como sastre piecero o sastrecillo, cuando contaba con ocho o diez años. Juan Amador, su padre, fue un sastre emblemático de Gijón que vistió a la plantilla del Sporting, a la policía municipal y a innumerables gijoneses. Eran buenos tiempos. A las jubilaciones de los profesionales clásicos vino a unirse la crisis, que mermó los presupuestos y el personal de los talleres. El desconocimiento del trabajo artesanal por parte del cliente actual, la creencia de que el traje era antiguo y aburrido y la masificación brutal del ‘low cost’ hicieron el resto. La sastrería es hoy negocio de unos pocos. Se siguen cosiendo en la Boutique Juan trajes de los de calle, pero los destinados a ceremonias suponen la mayor fuente de encargos. La estrella es el chaqué -que viene más corto y redondeado-, fundamentalmente para novios y testigos. Y escalando posiciones, el esmoquin. «Lo bueno que tiene la clientela que encarga trajes a medida es que sabe lo que quiere y aprecia el resultado.

SASTRE EN MADRID